Heme aquí junto a un amigo, haciendo alarde del intelecto adolescente de la edad del pollo.
Aunque este doblaje me causa a día de hoy más verguenza que otra cosa, me divertí mucho grabándolo en su día, y aquí os lo he recuperado para aquellos que querais volver a verlo.
Cabe decir que salvo algún que otro desplazamiento de audio para sincronizar con la imagen, todo el diálogo fue improvisado sobre la marcha.
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