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Es casi imposible decir cuándo fue la primera vez que grabé mi primer intento de canción, pues ya con 3 años destrozaba algunas de las cintas de cuentos en casette que me compraba mi madre, para grabar sobre ellas mis "cosas".

Tengo en la actualidad algunas cintas que grabé con 9 años, en las cuales ya cantaba alguna que otra aberración de composición propia, e incluso en algunas liaba a amigos para cantarlas conmigo.

Durante la niñez, época propicia para los sueños, había fantaseado muchas veces con grabar un disco (casette en la época de los 90), pero obviamente nunca pensé que tuviera una oportunidad de hacerlo.
En el 2002, con 15 años, con un micro baratillo y mi ordenador, traté de ponerle un poco de orden a mis ideas y atreverme a hacer mi primer intento de álbum...
Su nombre: ' ENCERRADO EN MI MENTE'. Bajo el nombre artístico musical ' Sheyn'.*

Como primer proyecto que era, era inmaduro y estaba dotado de la inexperiencia característica de los 15 años.
Aunque creo que en las letras y composiciones ya se podía percibir un estilo, que aunque embrionario, apuntaba maneras e intentaba crecer.

El disco era un proyecto personal que inicié como mera afición, y que solo le enseñé a algunos amigos.
Grabé unas 3 o 4 de las 10 u 11 "canciones" que había escrito para el listado.
Y uso comillas en lo de "canciones" ya que aquellas grabaciones no alcanzaban tal definición.

Aunque no se puede negar que tenían su mérito, pues ante la falta de medios con los que producir la música, me hacía yo mismo las bases musicales recortando y mezclando trocitos de música de "canciones de verdad", tratando de unirlas de manera que pudiera ir cantando por encima mis composiciones.
Pero aquello tenía unos problemas de ritmo y de ruido que los seres humanos normales no sabrían aguantar...

Solo dos añitos más: 2004, mi vida cambió bastante, empezando por el hacho de abandonar mi ciudad natal.
Mis nuevas vivencias me inspiraron para componer los temas de un nuevo proyecto: 'Trival Scar'.

Y creyendo que 'Encerrado en mi Mente' ya estaba muerto y enterrado, decidí rescatar algunos de los temas que más me gustaban y los trasplanté a 'Trival Scar'.

'Trival Scar' lo avancé más mediante maquetas, y di un "salto" con respecto a las músicas, pues ya pude empezar a hacerlas gracias a un teclado que tenía el marido de mi madre. Así que cada vez que viajaba a mi tierra natal para ir a verla, aprovechaba para grabar las músicas con aquel aparato todopoderoso.
Pero no era todo tan fácil pues, el desconocimiento de una cosa llamada "cable mini-jack" (un cable que conecta emisor y receptor), dio como resultado que mi manera de buscarme la vida para grabar la música en el ordenador fuera con el maravilloso micro barato (además el mismo que mencioné antes, con lo cual ya tenía unos añitos más).
El "modus operandi" era enchufarlo desde el portátil y exponerlo ante el altavoz del teclado, sujetándolo con lo primero que tuviera a mano.
Si la música sintética suena a MIDI, ¿cómo suena un MIDI grabando desde lejos con ruido de por medio?
Y más importante, ¿cómo suena esa melodía interpretada por alguien que no sabe tocar el piano y lo hace de oído tratando de no equivocarse cuando va a darle a la tecla?

A finales del 2006 hice una adaptación en español de un tema musical de una serie de animación japonesa. Tras colgarla en Internet y obtener más éxito del esperado, acabé viéndome inmerso en un 2007 dedicado musicalmente a este género en exclusiva.
Gracias a él obtuve mis primeros conciertos, donde también canté algunas canciones de autor, y me serví del "gancho" de esta música que ya contaba con su propio público, para darles a conocer mi voz... y mis animaciones, pues no hablamos de hacer covers de pop, de rock, o de cualquier género musical; hablamos de un género que responde a modo de banda sonora a un campo audiovisual, algo a lo que yo también me dedico y que me iba de perlas para publicitar mis dos actividades.

Aunque el anime eclipsó considerablemente toda mi actividad musical, paralelamente seguía pensando en mis verdaderas canciones, en las que, aunque con menor intensidad, iba trabajando también.
Un amigo me dejó un pequeño y risible teclado que parecía de juguete (y al que le faltaba una tecla, por cierto), con el que hice maquetas como la de "Aquella Ciudad" y algunas músicas de la banda sonora de mi historia "La Otra Cara de la Verdad", y gran parte de la banda sonora de "Nefro".
El tecladito era muy básico y rudimentario, pero fue usándolo cuando hice por fin el descubrimiento que antes mencioné: "el cable mini-jack". Un cable que va directo del teclado al ordenador. De manera analógica, pero sin filtraciones externas de ruido, lo cual fue todo un avance para mí.

A finales del 2007, con unos cuantos ahorros, me compré un micrófono que me costó tres cifras, dando puerta para siempre a los sonidos de palomitas y huevo frito que tan amablemente me grababa el otro "micro-barato". Así como un teclado más robusto, de esos que no sostienes en las piernas cuando lo tocas, sino en una superficie mucho más regia como por ejemplo un pie de teclado.

Pero por esas fechas estaba más preocupado por mi mudanza que por poder usar mi nuevo equipo. En 2008 cambió el escenario de mis creaciones, me fui a vivir a Barcelona. Una época que marca para mí otro "antes y un después" en mi vida y en mi música.
A inicios de este año avancé algunas maquetas de Trival Scar con el nuevo teclado, pero aunque llevaba muy poco tiempo teniéndolo, quedó desbancado cuando descubrí un programa de música sintética que obtenía unos resultados acústicos bastante superiores, donde por fin controlaba el tempo a la perfección, y no me hacía falta usar el titánico teclado, pues con el ratón del ordenador hacía todas las notas a base de 'clicks'. Así que, con el fin de una nueva mejora, todo lo que tenía de Trival Scar volvía a quedarse en cero, pues había que rehacerlo.

Me encontraba con mi "micro-nuevo" y con un nuevo sistema con el que ya podía hacer músicas más que aceptables, y no veía el momento de empezar a organizarme para ponerme en serio con mis canciones y músicas propias... Pero para ello, había que cerrar un ciclo...
Podría haber dejado la música de anime de un día para otro, pero me interesaba dejarle claro a los oyentes que cerraba el ciclo y quería hacerlo con un broche de oro: un disco de despedida que hiciese esa "transición" entre la música anime y la música ERS.

Así que tocaba volver a tener un poquito más de paciencia de nuevo, y producir el disco...
Tras un año y medio de producción, a escasos meses del 2010 hice un pequeño concierto en un evento en el Palau Sant Jordi, para presentar "Transición".
Ya estaba terminado y lanzado on-line, se dice rápido, el proceso no lo fue.
Y por fin, con bastantes más oyentes que cuando empecé, y liberado del Anime, ahora podía hacer mi primer disco de autor.
¿Y cuál sería... Trival Scar?
Y ya que estamos con esto del orden, ¿por qué no empezar desde el principio?

"Encerrado en mi Mente" renace sin haber llegado a nacer nunca.
Como muchas de las canciones habían sido 'trasplantadas' a "Trival Scar", habían quedado huecos, y para rellenados recurrí a composiciones musicales de mucho antes de la propia idea del disco, canciones compuestas con 11, 10, 9 años...
Lógicamente muchas letras se quedan obsoletas por la edad, y por ello han sido modificadas líricamente, pero la esencia y la idea de cada canción permanece fiel a la que era en su día.
"Encerrado en mi Mente" es más que un primer disco, es un museo de mi pasado, es una especie de recopilación de mis primeros 15 años de vida, de las vivencias, experiencias, cosas buenas y cosas malas...
Sobre todo de las malas, que me han servido para aprender, crecer y ahora canalizarlas en un trabajo del que me siento orgulloso, y solo por eso, ya me hace sentir que ha merecido la pena vivirlas.

 

 

[Así era la portada de este proyecto en mi época adolescente]

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*¿SHEYN?

Inicialmente, quizá, sólo un nombre artísico.
Luego, con la idea de separar mi faceta musical de la narrativa.

Pasada la edad del pavo, comprendí que ponerme un nombre
artístico no era lo mío en ningún caso.
Además de tener un nombre ya de por sí poco común en España,
sería como diferenciar el "yo" artista, y del "yo" que va a comprar el pan
con toda la pereza del mundo; los cuales son el mismo "yo", las 24 horas,
en los aspectos más estéticos como en los menos glamurosos.