visitas

 

¿Qué leches estamos viendo: Video-Cómic o Película?...

Yo en un principio insistía en el término de “Video-Cómic” en sustitución del de “Película”. ¿Por qué? Más que nada por no engañar al público; ya que cuando la gente va a ver una película (de dibujos en este caso), espera ver animación.

Mi producción, salvo escasas y además cortas animaciones, se basa de imágenes estáticas, donde el mayor movimiento que hay es el de la boca de los personajes al hablar. Sin embargo, solo esto ya es un derroche innecesario en un Video-Cómic. Pues como ya expliqué en la página de ‘Curiosidades' dedicada a este formato, un video-cómic es solo la exportación de las viñetas de papel a la pantalla del televisor. Por lo que se entiende que no tienen que haber animaciones, ya que en un cómic de papel no puede haberlas.

No obstante, ha sido mi afán por acercarme al formato fílmico el que me ha llevado a hacer esas pocas animaciones. Que aunque siempre insuficientes, abundan cada vez más a lo largo de la producción. Si a esto le unimos la disimulada eliminación de bocadillos (tan propios del elemento cómic) a partir de la 2ª parte, el resultado es que acabamos encontrándonos con algo muy parecido a una, aunque pobre, película de dibujos.

Entonces… ¿qué es… una película, un cómic digital? La última palabra la tenéis vosotros… Por si las dudas, yo seguiré llamándola “producción”.

 

la animación

Una película de dibujos por barata que sea, siempre trabaja con el factor “animación” que consta de hacer 24/25 dibujos por cada segundo de película, dando así al espectador la sensación de movimiento.

La mayoría de mis fotogramas repiten el mismo dibujo. ¿Por qué? Por que soy una sola persona, y me canso de hacer tantísimos dibujos. Así que salvo que la escena lo requiera, yo hago un solo dibujo por plano, lo cual ya de entrada no es poco trabajo precisamente.

Para evitar la sensación de monotonía, lo que si dibujo son las bocas.

Yo hago un promedio de 3 bocas. Es decir, hago un único dibujo al que le modifico 3 movimientos de boca. Estos únicos 3 fotogramas los repito con un orden aleatorio durante toda la duración de la frase. Cuando el personaje termina de hablar, cierro la animación con unos cuantos fotogramas iguales donde la boca permanece cerrada.

Esta es una técnica muy utilizada en la animación japonesa, generalemente de menor presupuesto que la animación americana. La animación nipona sigue una estética originaria del cómic, de ahí que se les llamen “Dibujos Manga” o “Manganime”, pues ‘Manga' significa ‘Cómic' en japonés. Esto explica porque los “Dibujos Cómic” se recrean tanto en el plano fijo, donde la imagen por sí misma es la protagonista, dejando en un segundo lugar a la importancia de su animación... (Incluso en films de imagen real como las películas de Akira Kurosawa se sigue utilizando esta estética.) Pero como en todo, el paso del tiempo ha hecho evolucionar a este tipo de audio-visual, y aunque sus imágenes seudo-estáticas siguen definiendo el estilo del Manganime, es inimaginable que no encontremos un personaje andando, saltando, luchando… Movimientos cotidianos que cada vez son más elaboradas e impactantes.

Animaciones como estas se encuentran muy pocas en toda mi producción, porque como es de lógica, requieren mucha dedicación, tiempo y paciencia. Hay que tener en cuenta que los 25 dibujos de animación fluida que se suceden durante un segundo, solo te dan la sensación de que el personaje se mueve, pero no te da tiempo a observar los detalles del dibujo, que han sido tan costosos de elaborar como los dibujos en los que los personajes salen estáticos. Es un gran despilfarro de trabajo y paciencia para algo que se va a apreciar tan poco. Una gran labor que yo no puedo realizar solo. Por eso, esos 25 dibujos de trabajo, yo prefiero dedicarlos en planos estáticos que si van a poder ser observados en pantalla durante 3 o 5 segundos.

 

la falta de medios

Cuántas veces habré dicho estas palabras en mi vida…

Desde que yo era un preadolescente e hice el 1er cómic de OCV hasta que acabé la obra completa, todo ha sido un largo proceso de evolución que ha durado 8 años concretamente. Se dice pronto... Durante este tiempo he mejorado mucho artísticamente, pero yo no soy el único que ha evolucionado.

Está claro que las generaciones también han cambiado. Yo tenía 14 años cuando hice aquel cómic a rotulador que en clase tuvo tantos adeptos. Los chavales de hoy que tienen esa edad son difícilmente impresionables o capaces de reconocer el esfuerzo artístico. Y eso se debe a una era tecnológica que usa efectos especiales dignos de Holliwood para un simple anuncio de yogures. Una era donde el 3D se usa más que el aceite. Y donde la gente in-entendida que aún no sabe que significan dichas siglas, no se sorprende cuando lo ve en las películas o la publicidad.

Todo esto consigue que abrirse camino en el mundo audio-visual o artístico en general, sea toda una odisea de frecuentes decepciones y esperanzas desesperadas.

Pero ahí está el paciente aficionado, el ilusionado friki, el esperanzado artista… que constante en su trabajo, espera que algún día, toda esa dedicación que pone en el ordenador personal de su habitación, pueda ser descubierta, valorada y proyectada profesionalmente. Ahí estoy yo…

_____________________________________________________________________________________________________________________________________________